Junto a cientos de organizaciones gremiales y sociales nuestra Fundación Los Ojos de Chile, rechazó categóricamente la intervención indebida de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, avaladas además por el Ministro de Defensa, Baldo Prokurica, en relación al programa “Políticamente Incorrecto”, transmitido el viernes 16 de abril, por Canal La Red. Mediante sendas cartas, los militares, han intentado no solo coartar la libertad de expresión, sino traspasar sus atribuciones en un Estado de Derecho.
De acuerdo a nuestra responsabilidad como organización defensora de los Derechos Humanos, nos hemos sumado a la exigencia ciudadana de que las Fuerzas Armadas, en tanto instituciones subordinadas al poder civil son organismos que no puede deliberar, por tanto, no está dentro de sus funciones cuestionar las líneas editoriales de los medios de comunicación ni las producciones artísticas y culturales. Esta situación es un claro atentado contra el Estado de Derecho y la libertad de expresión, ya que busca intimidar el quehacer de la cultura, la prensa y las comunicaciones y desestabilizar el sistema democrático.
Creemos que se requiere entonces debatir, desde la academia, las organizaciones sociales, los gremios respecto de cómo enfrentar el futuro de las comunicaciones y el periodismo, como un asunto vital para la convivencia ciudadana y poder garantizar a las personas y a la comunidad la libertad de expresión, el libre acceso a la información plural y fidedigna, con medios despojados de prácticas contemplativas y condescendientes con el poder, en todas sus formas.
En Chile, en donde el derecho a la comunicación ha sido conculcado mediante la concentración económica, política e ideológica de los medios, se ha generado una profunda desconfianza de la ciudadanía hacia la prensa tradicional y una indignación generalizada de la gente por la intolerable desconexión de los medios con la desesperada situación laboral, económica y social que enfrentan las personas.
Esta relación prensa-ciudadanía empeoró a causa de la liviandad de los medios, principalmente la televisión, al abordar diversos temas de primera importancia para la gran mayoría de chilenos y chilenas, como justicia social, desprotección e indefensión social, limitaciones a los derechos de salud y educación, todo lo cual generó la Revuelta Social del 18 de octubre de 2019.
Los medios tradicionales, a pesar de las multitudinarias manifestaciones y las expresiones callejeras de protesta social, continuaron de espaldas a la ciudadanía, reiterando una práctica informativa propia de la dictadura de negar o minimizar las graves y sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos en plena Democracia, ahondando en el rechazo de las personas por este comportamiento mediático.
Diversos medios, principalmente la televisión abierta, apostaron en sus líneas editoriales por la criminalización de los movimientos sociales, intentando trasponer además las responsabilidades por los graves e irreparables daños causados a las víctimas, a las propias víctimas, incluso a quienes han sufrido trauma ocular, con el argumento de que esas serían consecuencias por participar en las protestas callejeras, exculpando así a las Fuerzas Armadas y de Orden como autores directos de las violaciones a los Derechos Humanos.
Sin embargo, para contrarrestar el dominio hegemónico de la información, surgieron diversos medios alternativos que han empujado el cerco y obligado a la prensa tradicional a visibilizar- en la medida de los posible- los hechos más graves de violaciones a los Derechos Humanos, a partir de octubre de 2019 y también a “descubrir” las profundas desigualdades sociales que vino a ratificar la pandemia causada por el COVID-19.
Entre esos medios, sin que se plantee como un medio alternativo, surge en este desalentador panorama, una propuesta novedosa y arriesgada desde el canal de televisión La Red que ha puesto en jaque, no sólo a los demás canales de televisión, incluido a su organización gremial, ANATEL, sino que al propio Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.
Podrán los medios tradicionales negar las violaciones a los Derechos Humanos, generar un manto de dudas respecto de las víctimas, desinformar sobre su derecho a reparación y justicia, pero no es posible tolerar, ni guardar silencio ante un hecho que pone en peligro la Democracia. Por nuestra Historia reciente, ya sabemos el significado de la deliberación de las Fuerzas Armadas.
Para nuestra Fundación, ello reviste la mayor gravedad, considerando además que el aporte de los medios de comunicación y el apoyo de periodistas comprometidos con los Derechos Humanos, en nuestra tarea es fundamental. Principalmente hoy, que se requiere con urgencia lograr, por ejemplo, la aprobación del proyecto de reparación a víctimas de violencia estatal y evitar que sigamos teniendo víctimas de trauma ocular. Es importante que la ciudadanía sepa que no hay registro, en ninguna parte del mundo, de lesiones oculares con la magnitud que acontece en Chile y que continúan ocurriendo hasta hoy.
Por lo mismo, reiteramos y nos hacemos parte del llamado a las organizaciones sociales, estudiantiles, de trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación, artistas y comunicadores independientes, a mantener la alerta frente a estas agresiones para denunciarlas y sumarse a un movimiento amplio para resguardar el derecho a la comunicación y las libertades de expresión de prensa e información en Chile.
Equipo de Investigaciones de Los Ojos de Chile en colaboración con la periodista Margarita Pastene Valladares.