Los manifestantes de “Las vidas negras importan” (Black lives matter) y la respuesta policial en Estados Unidos trae recuerdos para quienes fueron damnificados de manera permanente en las protestas del año pasado. Con 31 años Jesús Emerson Llancan Vidal de la comuna de Puente Alto fue uno de los primeros manifestantes heridos que perdió un ojo durante las manifestaciones en Chile. Él comenta que observa similitudes con la situación en los Estados Unidos “la gente está harta de la desigualdad”
Después de la muerte de George Floyd en Minneapolis el 25 de mayo, decenas de miles de personas en las ciudades de Estados Unidos, y luego alrededor del mundo, se tomaron las calles demandando el cese del racismo y la violencia policial. Durante los primeros días de protesta, la policía norteamericana parecía disparar deliberadamente a los ojos de los manifestantes y periodistas, dejando a algunos de ellos con pérdida permanente en la visión de un ojo.
Estas escenas nos traen malos recuerdos de la experiencia de protestas en Chile el pasado 2019, donde cerca de 400 manifestantes, luego de recibir el impacto de balines de goma o bombas lacrimógenas, sufrieron pérdida de visión en un ojo, y en algunos casos de ambos. Uno de esos manifestantes fue Jesús Emerson Llancan Vidal de 31 años, quien vive en la comuna de Puente Alto. El día 25 de octubre le dispararon en la esquina de lo que los manifestantes llamaron “Plaza Dignidad” en el centro de Santiago.
“Las imágenes de aquellos cegados en las protestas de Estados Unidos revivieron el trauma. Es indignante y triste al mismo tiempo. Una vez más, pareciera que los Derechos Humanos no valen nada”, le dice Llancan a Chile Today. El observa similitudes entre las protestas de “Las vidas Negras importan (Black Lives Matter)” y las de Chile el año pasado. “La gente está harta de la desigualdad. Están demandando dignidad, trato igualitario, nada más. Es como una revolución global”.
La forma en que la policía antidisturbios reaccionó en los primeros días de manifestación en Estados Unidos, apuntando directamente a periodistas y a sus ojos, nos muestra lo que está mal de esta institución, según Llancan “los policías están entrenados para recibir órdenes y no sentir compasión ni emociones. Si deben torturar, lo harán. Ellos te disparan a los ojos porque quieren marcarte por el resto de tu vida. Es como si quisieran decirte “mira lo que pasa si te cruzas en mi camino”.
Jesús fue uno de los personajes principales en la producción del video de The New York Times, ganador de un premio Pulitzer
“LA MAYORÍA DE LA GENTE VIVE EL DÍA A DÍA”
Desde que el brote del Coronavirus afectó a Puente Alto más que cualquier otra comuna en Chile, Llancan se encuentra en su casa. Su trabajo está temporalmente suspendido “Tengo cercanos que se han enfermado con Coronavirus. Tenemos que cuidarnos los unos a los otros” dice Llancan a Chile Today. En Puente alto, sin embargo, la situación es difícil. La gente sufre de hambre y aquellos que tienen trabajos informales han perdido sus ingresos. “La mayoría de la gente vive el día a día. Aquí hay sectores pobres donde el Estado está completamente ausente. He tratado de ayudar a mis amigos recolectando comida para las Ollas comunes”.
Luego de su operación en 2019
El caso de Llancan fue uno de los más extremos. El balín de goma que le impactó produjo que su globo ocular explotara. Se suponía que recibiría una prótesis de ojo en Abril, pero el brote del Coronavirus afectó todas las operaciones que no estaban relacionadas con el Covid-19. De todas formas, debido a la grave situación que están enfrentando los hospitales públicos en Puente Alto, Llancan no quiere volver a uno antes que termine la Pandemia.
Por ahora no hay nada más que pueda hacer que esperar. “Todos los días recuerdo lo que pasó. Trato de vivir con esto, pero no es fácil. Estoy marcado por el resto de mi vida. No he tenido terapia psicológica aún por el Coronavirus y trato de evitar las noticias. Pero cuando en Chile se vuelvan a manifestar, yo también lo haré”